literatura para reir, llorar o echarse un polvo

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Literatura para reír, llorar y de vez en cuando, echarse un polvo.

lunes, 24 de agosto de 2015

                                                        
 
                   

      MASA 
      Al fin de la batalla,
      y muerto el combatiente, vino hacia él un hombre
      y le dijo: «No mueras, te amo tanto!»
      Pero el cadáver ¡ay! siguió muriendo.
      Se le acercaron dos y repitiéronle:
      «No nos dejes! ¡Valor! ¡Vuelve a la vida!» 
      Pero el cadáver ¡ay! siguió muriendo.
      Acudieron a él veinte, cien, mil, quinientos mil,
      clamando: «Tanto amor, y no poder nada contra la muerte!» 
      Pero el cadáver ¡ay! siguió muriendo.
      Le rodearon millones de individuos,
      con un ruego común: «¡Quédate hermano!» 
      Pero el cadáver ¡ay! siguió muriendo.
      Entonces, todos los hombres de la tierra
      le rodearon; les vió el cadáver triste, emocionado; 
      incorporóse lentamente,
      abrazó al primer hombre; echóse a andar.
     César Vallejo   
10 de noviembre de 1937

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